La salud mental en los adolescentes y la contribución de la RV a su bienestar
La adolescencia es un período difícil. El descubrimiento de uno mismo y el deseo de pertenecer puede ejercer presión sobre los jóvenes y provocar estrés y otras condiciones mentales. Con la pandemia de COVID-19 aún presente, ¿dónde se encuentran estos adolescentes con respecto al bienestar mental? ¿Qué importancia tiene la terapia de realidad virtual en este asunto? Exploramos estos temas en la publicación de hoy.La salud mental es un problema frecuente en todo el mundo que afecta a todas las edades, incluidos los adolescentes y los niños. Según las cifras publicadas en un comunicado de prensa de la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente el 10-20% de los jóvenes en todo el mundo padecen una afección de salud mental, de los cuales muchos permanecen infradiagnosticados o subtratados. A medida que aparecen más factores de riesgo en los adolescentes, el impacto potencial en su salud mental aumenta en magnitud. Dicho esto, la pandemia de COVID-19 alteró sus rutinas diarias, como las actividades escolares y las interacciones sociales, y los jóvenes ahora se encuentran en una batalla cuesta arriba contra la posibilidad real de trastornos y enfermedades de salud mental. En la publicación de hoy, en Amelia Virtual Care echamos un breve vistazo a los trastornos mentales que afligen a muchos adolescentes, especialmente en el contexto de la pandemia, y destacamos cómo la terapia de realidad virtual puede aprovechar la amplia receptividad de esta población específica a la tecnología para brindar atención.
¿Qué condiciones mentales son más comunes entre los adolescentes?
Los jóvenes se enfrentan a una creciente dificultad para desarrollar un estado de salud mental equilibrado. El estrés y la ansiedad aumentan en respuesta a su deseo de mayor autonomía, presión de grupo, comprensión de la identidad sexual y acceso y uso de tecnología y redes sociales. Desafortunadamente, tal estrés y ansiedad se traduce en depresión y trastornos emocionales en muchos casos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la depresión como la cuarta causa principal de enfermedad y discapacidad en adolescentes de 15 a 19 años y la ansiedad como la novena causa principal. Es alarmante, teniendo en cuenta que estas enfermedades mentales no solo afectan los entornos educativos y sociales sino que, en el caso de la depresión, provocan la muerte por suicidio. Una carta de investigación reciente publicada en JAMA destacó la gravedad de la muerte por suicidio entre adolescentes de 15 a 19 años en los Estados Unidos (período de estudio 2000-2017). En 2000, la tasa de suicidios se situó en 8 por 100.000 sin cambios en la tendencia entre 2000 y 2007. Sin embargo, en 2017, la tasa de suicidios fue de 11,8 por 100.000; la mayor tendencia alcista tuvo lugar de 2014 a 2017.Estos informes se alinean con un hallazgo publicado por el informe de la OMS antes mencionado, que declaró al suicidio como la tercera causa principal de muerte en este grupo de edad en particular. Es importante mencionar que los problemas de salud mental no se extienden solo a estas condiciones. Existen otras enfermedades mentales o conductas de riesgo, incluidos los trastornos alimentarios, la psicosis, el uso de sustancias y las autolesiones.
¿Qué papel juega la pandemia COVID-19 en este entorno?
Aunque la pandemia comenzó en marzo/abril de 2020, y pese a la llegada de la vacuna, COVID-19 sigue impactando a los adolescentes de todo el mundo. Por ejemplo, en el Reino Unido (UK), los casos se han disparado tanto que los gobiernos nacionales de la región han ordenado el cierre de escuelas una vez más. De manera similar, en muchos países, las interacciones sociales han sido limitadas, con las autoridades estableciendo el número máximo de personas en un grupo a seis de dos burbujas (refiriéndose a dos hogares) en algunos casos, e imponiendo toques de queda. Todo esto significa que los jóvenes están sujetos a un mayor riesgo de ansiedad, aislamiento social, soledad y mucho más. El siguiente es un resumen de las observaciones reportadas en un artículo de Lancet Features que refleja los efectos en la salud mental causados o influenciados por el cierre de escuelas debido a la pandemia:
- El apoyo de salud mental brindado en los terrenos de la escuela no ha sido tan accesible y las alternativas online/por teléfono han demostrado ser un desafío para algunas personas.
- Se cancelaron los grupos de apoyo y los servicios presenciales.
- Algunas personas han experimentado recaídas en las condiciones mentales debido a interrupciones en las rutinas escolares, que pueden servir como mecanismos de afrontamiento. Esto es particularmente grave para las personas que viven con un trastorno del espectro autista.
- El distanciamiento social ha resultado en aislamiento social en hogares abusivos, lo que puede resultar en niveles más altos de estrés y ansiedad.
¿Cómo puede la terapia de realidad virtual abordar los problemas de salud mental en los adolescentes?
En primer lugar, los adolescentes con problemas de salud mental diagnosticados deben recibir la atención adecuada. Sin embargo, los terapeutas se enfrentan a un desafío que incluye evitar la institucionalización y la sobremedicalización para priorizar, cuando sea posible, los enfoques no farmacológicos en este segmento de la población general. Sin embargo, dicho esto, los terapeutas podrían valorar los beneficios de la realidad virtual. La terapia de realidad virtual no solo ha demostrado ser eficaz como algunas otras líneas de intervenciones psicológicas, sino que apela a una característica bastante definitoria de los adolescentes: su familiaridad cada vez mayor con la tecnología. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos lanzó recientemente una publicación que exploró las tendencias y los resultados entre los niños y las tecnologías digitales. El organismo internacional descubrió que los niños y adolescentes se han involucrado con las tecnologías digitales durante toda su vida y en diferentes entornos (el hogar, la escuela y «en el día a día»). De hecho, PISA 2015 encontró que el 91% de los jóvenes de 15 años ya tenían acceso a un teléfono inteligente y el 74% a una computadora portátil. Estos altos porcentajes sugieren el potencial que tiene la integración de la tecnología de realidad virtual en las sesiones clínicas. Si los terapeutas comienzan a emplear la herramienta virtual, especialmente con configuraciones personalizables, encontrarán una audiencia más acogedora: un grupo de jóvenes cuyos teléfonos inteligentes ya cuentan con muchas aplicaciones con realidad aumentada y virtual.
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